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Coaliciones industriales de cáñamo

La FHC (www.FloridaHempCoalition.org) fue fundada por EarthCorp el 7 de junio del 2017. La Coalición Costarricense del Cáñamo (CCC) de Costa Rica fue fundada por ECF el 2 de junio del 2019 con el mismo propósito. Estas organizaciones representan el comienzo de un modelo de franquicia global para crear grandes volúmenes de bonos de carbono (bonos de compensación de carbono).

Para el año 2050, se espera que aproximadamente el 80 por ciento de la población mundial viva en áreas urbanas, y que la creciente población conduzca a una mayor demanda de alimentos. La agricultura vertical eficiente puede desempeñar un papel importante en la demanda de suministros de alimento. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) está lanzando un programa para promover la agricultura urbana en el mundo desarrollado como respuesta al dramático aumento de la población. Según la FAO, la agricultura vertical consume un 75% menos de materias primas que la agricultura tradicional y requiere 60 vatios de energía al día para cultivar 150 kg de verduras en 30 días. Para obtener esta cantidad se necesitarían 6 m2 de espacio, mientras que la agricultura tradicional requiere al menos 72 m2 de superficie. Los requisitos de agua se pueden reducir a 12 litros por 1 kg de verduras por el factor reciclaje a diferencia de los 300-400 litros que existen en la agricultura tradicional. El éxito del cultivo en interiores depende de un suministro de energía eléctrica suficiente para satisfacer la gran necesidad de iluminación, de bombas de agua y aspectos relacionados.

El programa está diseñado para utilizar cáñamo industrial y así remediar los suelos contaminados al almacenar grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) como parte de la reducción de gases de efecto invernadero (GEI). El cáñamo y otras especies resistentes de rápido crecimiento, como el bambú, pueden sobrevivir y prosperar en climas fuertes mientras crecen aceleradamente y almacenan una gran cantidad de carbono orgánico del suelo (SOC) y otros componentes. Nuestros sectores industriales producen grandes cantidades de GEI, como CO2, dióxido de azufre y entre otros. De acuerdo con varios protocolos internacionales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, los países deben reducir sus emisiones de carbono/GEI cada año en un esfuerzo por alcanzar un estado de carbono neutral. Esta no es una tarea fácil con el diseño socioeconómico actual porque es muy cara: obstaculiza los negocios. Los bonos de carbono representan una medida para que estas industrias den pasos más rápidos en sus actividades de reducción, comprando así los bonos recaudados en programas como este pueden compensar los GEI que están produciendo. Idealmente, ellos también iniciarían programas internos para reducir los GEI. En cualquier caso, existe un mercado muy grande y en crecimiento para los bonos de carbono.

Por sí mismos, el cáñamo industrial, el bambú o las hierbas no son productos valiosos y hay pocos incentivos para cultivarlos. El cáñamo ha tenido un aumento en el valor de los aceites médicos como el CBD, pero este es un mercado limitado que ya ha experimentado una recesión. A pesar de que su valor directo es bajo (debido a que estos cultivos crecen muy rápido, con poca o ninguna necesidad de cuidados) pueden almacenar grandes cantidades de carbono. Los programas EarthCorp están diseñados para ayudar a los pequeños agricultores a cultivar estos productos para que EarthCorp pueda vender los bonos de carbono y generar ingresos para los productores. Esto financia la expansión de los programas junto con otros que son rentables para la regeneración ambiental.

En algunas regiones, el cáñamo se puede convertir en una industria pequeña que otorga mayores oportunidades de trabajo. La fibra de cáñamo se utiliza eficazmente para producir materiales de construcción que son ecológicamente favorables y totalmente renovables, incluido el biocreto/ cáñamo, madera contrachapada, tableros de fibra que son más fuertes y livianos que las de madera. Los proyectos de construcción municipal pueden utilizar materiales de cáñamo para mejorar el impacto ambiental (Green Score) y reducir costos, además de mantener el ciclo de vida económico totalmente dentro del Estado.

Los aceites de cáñamo se pueden utilizar como biocombustible comercial para automóviles, camiones y autobuses, lo que reduce en gran medida las emisiones de efecto invernadero, reduce los costos y mejora sustancialmente las acciones de responsabilidad ambiental municipal y estatal.

Se pueden producir alimentos comercialmente viables, ya que el cáñamo es una alternativa a los cultivos producidos en exceso (como los cereales) y además ofrece una producción con un limitado impacto ambiental mientras se integra en sistemas agrícolas sostenibles. Las semillas de cáñamo contienen el equilibrio perfecto de aminoácidos esenciales para mantener una buena salud. Además, el aceite de semilla de cáñamo contiene los ácidos grasos necesarios, también conocidos como grasas buenas. Las semillas de cáñamo no solo pueden proporcionar valiosos beneficios nutricionales a las personas, sino que saben muy bien y pueden usarse en alimentos para mascotas.

Debido a su alto contenido de aceites beneficiosos y propiedades naturalmente emolientes, el cáñamo se está convirtiendo en un ingrediente común en lociones y muchos otros productos para la piel, el cabello y cosméticos. Es una buena alternativa para cambiar lo sintético, a menudo tóxico, presente en muchos productos a base de petróleo.

Nuestros próximos pasos

Nuestro programa inicial comenzará en Vero Beach, Florida, donde también estará nuestro proyecto Granjas Urbanas/W2E. La propiedad es un centro ecológico para el desarrollo sostenible donde EarthCorp se ha incorporado para crear proyectos que se pueden replicar fácilmente a nivel nacional y mundial. Nuestro primer paso es determinar las cantidades mensurables de carbono que se pueden almacenar en forma de carbono sobre el suelo (la biomasa vegetal real), carbono orgánico del suelo (el carbono que la planta trasmite al suelo) y carbono orgánico disuelto (el carbono que se disuelve en el agua durante la lluvia y el crecimiento). Con estas variables confirmadas podemos establecer el valor del Bono de Carbono por hectárea. También estaremos midiendo la capacidad del cáñamo para eliminar toxinas del sol, el aire y el agua, como los herbicidas, pesticidas y metales pesados.

Equipados con estos datos, nos acercaremos a las principales industrias agrícolas, como los productores de caña de azúcar, tomate y cítricos, para unirnos. Al plantar cáñamo y otras especies, podemos eliminar la escorrentía de agroquímicos que ellas producen y que dañan las vías fluviales locales y los Everglades en Florida. Cuando utilizamos las tierras que no están bajo ningún cultivo, las tierras adyacentes a los cultivos que están en curso y las zonas de cultivo interior, podemos remediar y regenerar el medio ambiente, crear nuevos puestos de trabajo y obtener ingresos por los bonos de carbono. Un escenario de ganar, ganar y ganar.